Entre las tendencias, lo facetado sustituye al concepto de lo rústico o lo natural, el tacto rudo de lo auténtico y artesano para llegar a la cristalización de otra cultura, la cultura de la multiculturalidad. Este auge de la tipología poliédrica no alude, sin embargo, a la virtud de lo multifacético que conllevaba una disposión, tan generosa como mágica, para hacerse cargo de esto, de aquello y de lo de más allá. La facetación de la arquitectura o del objeto, de la pintura o del baile, de la nueva cocina o del sexo, viene a corresponderse con un mundo donde ha desaparecido la idea unívoca, la visión omnímoda y la comprensión global.
Lo facetado invita a palpar la complejidad del objeto y a constatar que su estructura no se halla. Gracias al facetado, el objeto se libera incluso de la óptica y se expresa en su tactilidad, se excluye del juicio sobre su vestidura y se manifiesta en el detalle digital. A continuación os pasamos unos objetos facetados que nos llaman la atención. ¡Disfrutadlo!
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